lunes, 19 de enero de 2009

TIERRA DE BABEL Nunca es triste la verdad…

Jorge Arturo Rodríguez
www.opciondeveracruzimpreso.blogspot.com

Y bien, ya estamos en enero, principio de 2009, ¿principio del fin?, ¿tercera llamada, tercera?, ¿comenzamos?, ¿a qué? Iniciamos otra vez la gustosa –por cabrona- cuesta de enero, que no lo hacemos gustosos, claro; antes bien, continuamos con una pesada carga, más y más problemas, ¿tormenta a la vista?, con la palabra crisis en la boca y su significado en la piel, el estomago, las sienes, ¿también en el alma? Quizás es ya una pesadez espiritual o moral y no sólo económica. Razón tiene Roger Bartra cuando dice en su blog que estamos no sólo ante un problema de ineficacia financiera, sino también ante un grave asunto moral.
¿Es tiempo para la reflexión moral? No sé usted, pero como afirma Miguel Angel Granados Chapa en su artículo “Un año de mal agüero”: “No será, pues, un buen año, casi por donde lo miremos. Sólo queda un posible factor atenuante: poner al mal tiempo buena cara. Ojalá podamos hacerlo”. (Proceso No. 1679/4 de enero/09).
Pues sí, qué nos queda, reír, pero de veras, carcajearnos y darle otra vez una oportunidad a la paz, también a la tolerancia, seamos creyentes o no, ateos de verdad o por si las dudas, vive y deja vivir, unos que crean en el infierno y otros en el cielo, permitir que se exhiba en los autobuses en Gran Bretaña y España: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y goza de la vida”. Cada quien sabrá qué hacer.
Bueno, pero ante todo tolerancia y alejarnos de miedos; de cualquier forma, escribiera irónico Carlos Drummond de Andrade, todo hombre tiene derecho al desempleo, el hambre, la enfermedad y la muerte. O como dijo William Deer: “¿Ahuyentar monstruos al escribir? Escribir monstruos sin ahuyentarlos, no otra cosa es escribir”. Parafraseando: ¿ahuyentar monstruos al vivir? Vivir con monstruos sin ahuyentarlos, no otra cosa es vivir.
Siempre ha sido así. Ariel Dorfman comentó, a propósito del dramaturgo Harold Pinter fallecido el pasado mes de diciembre: “Y comprendía Pinter que si empujas con suficiente encarnizamiento aquello que llamamos lo real, si lo empujas con desesperación y porfía, es posible que se nos abra otra dimensión, algo fantástico, absurdo, delirante. Y sugería que las peores alucinaciones del miedo no deben estar inmunes del péndulo lacerante del humor”. (Proceso No. 1678/28 de diciembre/08)
Sí, abandonar la tristeza y la melancolía; sin ser héroes, enfrentar la vida como Despereaux Tilling, el ratón valiente de la película del mismo nombre, y en medio de este mundo cruel (¿a poco?) que aterra (¿tanto?), aquí en la tierra como en el cielo, así en la paz como en la guerra, expresar con Alí Chumacero: “Mi vida ha sido un desorden previamente ordenado. Una forma de ver el mundo como si se fuera acabar en unos cuantos días. Felizmente, para mí, el mundo ha sido no sólo de 90 años, sino que, como dijo el poeta: yo he vivido tres minutos en cada minuto”. (La Jornada/9 de julio/08).
Claro, como dice el poeta nacido en Nayarit en 1918, pensar que la vida debe ser una actitud que por lo menos haga que uno esté satisfecho con ella, “no es una preferencia por el placer, sino una preferencia por la realización de uno mismo. Se debe comer muy bien, beber pausadamente, y cuando se acaba, sin alterar la voz, decir: otra botella”.
Porque la vida no es muy seria en sus cosas, y porque nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.
Por cierto, un amigo me envió un e-mail con el siguiente chiste que les comparto, ahora que continuamos con desgracias:
“Anoche tuve una pesadilla... Una pesadilla terrible... En la pesadilla, cuando me levanto de la cama y me miro al espejo, descubro... que soy negro, qué digo negro, soy casi morado.
Hecho de la chingada meto la mano al bolsillo para ver mi foto en la credencial del IFE y me sale el mismo color. Busco el pasaporte y la foto también es negra y, para colmo, descubro que soy argentino. Dios mío... No puede ser. Me siento, hecho polvo, en una silla... Ah cabrón... Tengo una pierna de plástico... Y la silla es de ruedas. Lo que significa que, además de ser negro y argentino, también soy un discapacitado.
!¿Qué es esto?¡ Es imposible que yo sea todo esto. Alguien por atrás me toca y me dice que me calme... Era Chuy, mi novio. Lo que me faltaba... También soy homosexual. Y además con sida, según dice mi cartilla de salud...
Carajo, en medio de toda esta desgracia, busco mi jeringa... ¡Señor, no es posible! ¡¿Negro, argentino, discapacitado, homosexual, farmacodependiente y seropositivo?!
Desesperado, empiezo a llorar, a tirarme del pelo y... ¡noooo!... Soy calvo. Suena el teléfono y es mi hermana Paulina que me dice: “¡Desde que murieron mamá y papá, lo único que haces es drogarte y quedarte ahí tirado, sin nada que hacer, en todo el día! ¡Búscate cualquier trabajo, el que sea!” Sí, también soy huérfano y p' acabarle de joder, también soy un huevón.
Intento explicar a mi hermana lo difícil que es encontrar un trabajo, el que sea, cuando se es negro, argentino, discapacitado, puto, drogadicto, seropositivo, calvo y huérfano, pero no lo consigo, porque... Porque también soy mudo!!
Trastornado, cuelgo el teléfono con la única mano que tengo... Uf qué la chingada... Soy manco... Bueno, el caso es que, con lágrimas en los ojos, me acerco a la ventana a mirar el paisaje. Hay montones de patrullas y varias vecindades alrededor, frente a mi ventana hay una barda que dice: 'Tepito Ley'. Siento una puñalada en el marcapasos. ¡No mames..! Además de negro, argentino, discapacitado, puto, drogadicto, seropositivo, calvo, huérfano, mudo, manco y cardiaco, vivo en Tepito.
En ese momento se me acerca mi novio Chuy, quien con lágrimas recorriéndole el rostro me dice con voz aguda y quebrada: “Cariño, no te preocupes, verás que este año, Ebrard y el Peje nos van sacar de pobres...” ¡Puta madre...! ¡¿También soy perredista?!”

De cinismos y anexas

* Disculpen mis fans, esta sección está de vacaciones. Regresa en la próxima entrega.

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